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Ausencia
No es justo que te pida que vengas.
Porque nos hemos atado los pies al tiempo y a la tierra, juntos para recordarnos siempre que no estamos juntos.
Vivos a la distancia justa para que se nos cuele el viento que nos deja olernos, que nos impide tocarnos.
Inertes a idéntica distancia en cada instante que conforma nuestra vida.
Toda nuestra vida.
Distancia repleta de aire, de vacío, de nada.
Ese es el invierno en que habito, la distancia.
Luis Ibergallartu
cuaderno digital