Ausencia

No es justo que te pida que vengas.
Porque nos hemos atado los pies al tiempo y a la tierra,
juntos para recordarnos siempre que no estamos juntos.
Vivos a la distancia justa para que se nos cuele el viento que nos deja olernos,
que nos impide tocarnos.
Inertes a idéntica distancia en cada instante que conforma nuestra vida.
Toda nuestra vida.
Distancia repleta de aire, de vacío, de nada.
Ese es el invierno en que habito, la distancia.