Acaba el martes y martes acaba en s.
Como lunes o como viernes. Con la s de seguir soñando.
La misma s con la que comienza el sábado que termina cuando decimos o.
La maldita vocal que despide el domingo y que tal vez pudo haber sido la o de oportunidad pero casi seguro fue otra vez la o de olvido.
Por o y por s comienza oscuridad y con oscuridad comienza la noche.
Y ya estaremos diciendo lunes.
Caminamos pensando solo en llegar al final de las palabras, al final de los momentos en los que estamos subidos y de los que parece nada esperamos.
Nada esperamos de los pasos que damos pensando solo en llegar al sol tibio que nos bese la boca y nos caliente las manos.
Llegar a la s que era s de sol pero que igual ya no es más que una fría s de sombra.
Hasta mañana, miércoles.
(Noviembre de 2017)