Las bicicletas no son para el verano, son el verano

El viento sur se empeña en enrarecer el ambiente este fin de año. A mí no me hace falta el viento sur. Fin de semana en el que comprendo que tengo que saberme la conjugación del verbo tocar.
Salgo en bicicleta. Primer día de la temporada, o último del año, o qué más da. Bicicleta. Para mí la bici evoca como pocas cosas el verano. Hace ya muchos años, era apenas un chaval, la bici me sacó de un invierno en gris Bilbao y me llevó lejos, a sitios donde el sol calentaba más y borraba las sombras.
Este año le he tenido que pedir un último esfuerzo a esta vieja compañera. Tiene que ayudarme a llegar de nuevo al verano. Por eso, aunque sea invierno, hoy hemos pisado la hojas muertas que cubren Lizarrusti. Pedaleamos camino del verano.